SIETE TRECES

Gestor de de la más cálida caricia, rubor de primavera  hay en tu mano, al margen del otoño, padre, hermano, cantando estoy al  cielo y su delicia. Imagen de la mágica noticia,  anclado esta mi  duelo cotidiano, sembrado esta mi puerto en tu verano, danzando la canción que  el sol auspicia. Inclino con tu  pueblo la cabeza, otrora hemos dormido en tu regazo soñando con tus  peces y  tu  vino. Movidos por tu amor nuestra alma reza, intentando surgir en nuevo abrazo, otra vez, al compás de un son divino.

Navego  a la deriva en esta fina cortina de estación, sin colorido, en este nuevo abril, en su rutina de cielo entristecido. Por tu ausente fulgor ensombrecido, sin tu guía, mi rumbo ya no espera volver a esos senderos que has sabido vestir  ayer con piel de primavera. Sin puerto ni destino, la quimera que acariciaba el viento con tu mano y hamacaba mi rumbo entre tus velas, se apartó de mi vista muy temprano. Sin timón , es muy poco lo que anhelas en medio de la mar embravecida...   Sin soles de acuarela, de pena malherido. Que sea el devenir  el que decida sembrarme en otro océano florido o ahogarme en  esta mustia despedida.

Soneto simple para las estrellas, mi mente perezosa  lo ha gestado, mi musa, me ha dejado abandonado, vaciando mi  canción, de frases bellas. Escribo mi poema para ellas, brillantes ninfas  que  hoy  han ocupado, el sitio  que  mi diosa ha relegado, Selene es hoy la luz entre mis huellas. Mi verso abunda en rima recurrente, disculpas pido amigos eruditos, el cielo  ha serenado mi sapiencia. Andrómeda,  que es  calma de mi mente,  devuelve  al firmamento de mis gritos, el son de su ilusión, de su inocencia.

Ayer no imaginaba, mecerme en el encanto, arrullador del viento, de  tu hechizo, en la brisa de tus sueños de vuelo , de tu amor, sin cornisa, que aparece  y desliza magia sobre el quebranto. Dormirme, cuento a cuento, despertar, llanto a llanto, abrigado en tu manto, tejido por tu risa, que resuena en mi centro , la plenitud  no avisa, se presenta y aprisa, torna  silencio en canto . y en fin, hoy me ha tocado, transitarla y espero, que perdure, por siempre,  sostenida en tu guía que mis miedos desarma, que mi otoño acelera, que imprime primavera, sobre el mustio sendero. hijo mío quisiera, perdurar en la vía, y en los rieles, que un día ,conduzcan tu quimera.

Duerme amor, tu mama va murmurando ese son que el insomnio te aligera, con su cálida voz te esta acunando. A dormir, que ya es hora, que te espera el milagro, mañana, del abrazo de ese alma en eterna primavera. Y al soñar con su piel, con su regazo tu latir hecho ritmo ira sonando y aliviando sus penas paso a paso. Niño mío, mañana despertando estarás con tu madre y la divina ilusión de tu padre, iras gestando. Duerme ya, que la aurora se avecina, que el mañana es un sueño desbordado, tu murmullo es la magia repentina que el arrullo de Dios, nos ha brindado.

Es ahora que vuelvo a  tus lugares, a tus costas que calman mi tormento, que mi verde dibuja un nuevo aliento, que abandono el otoño de mis mares.  Con tu amor y tu impulso mis dispares sentimientos recobran movimiento y  a bailar en tu solido cimiento vuelven ya, renovados, regulares. Es un mérito tuyo que pudiera convertir mi mitad en dos mitades, duplicar lo que tu alma me requiera . La pasión, la ilusión, doblar quisiera la extensión de tu cielo hasta mi hades, la  ocasión que ha logrado que volviera.

Me ligo con la osadía de tus verdes entreabiertos, con mi pasión, con tu tiempo,   con  tu gentil compañía. Desierto, mentor y  guía de mis  áridos momentos,  Sobre el telar de tus vientos,  Tejeré  aquí, un nuevo día.