Señor de la Tibieza. (Soneto)
Pedí al Señor del viento aquella brisa con la que paraliza el desencanto, cuando pisan mi llanto y mi quebranto el reino que ha perdido la sonrisa. Pedí al cantor que el grito paraliza, la risa, que me eriza tanto y tanto. Al cielo de su voz, pedí ese manto, que abriga con colores mi cornisa. Ayer, Señor del sol, sembraste el fuego al borde de mi ciega melodía. !Recuerdo tu fulgor en mis canciones! Mis musas me dictaron este ruego: !Señor de la ilusión , de la poesía, vuelve al día, a poblar nuestras pasiones! Y luego en los jirones, del sueño, ellas bordaron con proeza , este canto, al señor de la tibieza.