La niña del andén. (Soneto Alejandrino)
Un pálido destino de estación tenue en tinta
con pena y duelo pinta su anhelo y su pasión.
El miedo es su vecino; su instinto, su prisión,
su pan, su condición .!Mi triste niña encinta!
Con lágrimas de alcohol ya su ilusión precinta
con madurez, hastío, mal vino y depresión.
! El sino es un cretino!, repite en su canción
de olvido y reclusión. Fue su niñez, distinta.
Con cintas de papeles de carteles se viste,
vuelan sobre los rieles sonrisas y cornisa.
Le avisa un resplandor que afuera hay primavera,
se asoma a la vereda, una flor le desviste
el corazón y rueda su alma entre en la brisa.
Su vientre ella acaricia y ríe, vive, espera.
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