Gota gota.


No me guardé tu siempre porque entiendo
que andar preso del cambio me libera
No me guarde tus gritos porque apenas
rompimos el silencio fuimos eco.

No me guardé maná ciego en mi cielo

(Allá del otro lado siempre flotan
una tenue estación y un dios que juegan
mano a mano y apuestan gota a gota)

No me guardé tu rota despedida

(Tu desértica y disonante nota
ni tu miedo a reanudar la cercanía
desde tu ya desafinada boca).

No me guardé tu raza desmedida

( Ni el palpitar de tu desasosiego
al desandar tu cornisa excesiva)

Solo el vibrar de un latido del fuego.

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